CAPITULO VI "La niña misteriosa: parte II"

miércoles, 7 de abril de 2010

 


.-Naoko-.

Era un hermoso día soleado, hacía calor y no teníamos ni un trabajo pendiente, rogué a Nadeshico para salir a los centros comerciales, Yoko me apoyó sin dudarlo.

- Nadeshico, por favor, vamos, si, si, porfa, porfa. –decía mientras daba tirones a su falda vueluda-

- ¡Sí, será divertido! . sonrió Yoko tan radiante y alegre como siempre-

Pero Nadeshico no parecía muy convencida...

- No lo sé... –susurró insegura-

- Hay, por favor... –le rogué-

Traté de hacer los ojos mas tiernos que pude, ella me miró con una sonrisa contenida.

- De acuerdo... –sonrió finalmente-

Grité felíz, tomé mi cartera y me dirigí a la puerta con Yoko. Al ver a Nadeshico, vimos como cambiaba su vestido por uno de mangas largas, vistió unas medias de rayas negras con blanco, cubrió sus manos con unos negros guantes transparentes con delicadas imágenes de rosas del mismo color sobre ellos, recogió su cabello en un listón negro y fue por su sombrilla.

- Nadeshico... ¿No tienes calor? –preguntó Yoko-

- Todo es mental. –susurró mientras cruzaba la puerta-

Tomamos un taxi y después de un par de minutos, llegamos a nuestro destino: el centro comercial más grande de la ciudad. Miré a Nadeshico que trataba de evitar los rayos del sol a toda costa, la verdad no tenía idea porque odiaba tanto el sol...en fin, aun con sus extravagancias, ella era una persona amena y divertida, sin embargo, los días soleados, su humor era un tanto... “inestable” según sus palabras.

Recorrimos los pasillos del centro comercial visitando las tiendas, probándonos ropa y coqueteando con los chicos guapos, que les atraía nuestra forma de vestir. Yoko los rechazaba mostrando orgullosa su anillo de compromiso, Yoko era muy bonita, pero respetaba mucho a Shiro, y eso era una de las cosas que más admiraba de ella. Nadeshico era un poco tímida en ese aspecto, cuando alguien le parecía atractivo, su rostro se volvía rojo y bajaba la mirada, ese “look” inocente, atraía a varios chicos.

Y... por mi parte, bueno, yo tenía un estilo específico a la hora de elegir a los chicos, y los que no me gustaban, los ignoraba vilmente. Algunos me miraban con cara de lujuria y aunque eso me alagara, en cierto punto era molesto. Nadeshico dice que tengo muchos admiradores, pero no le creo...

Nos dirigimos a un almacén, yo me detuve en la perfumería, quería saber que perfume usaba Hagi. Yoko se alejó un poco al área de maquillaje, y Nadeshico me acompañó. Después de curiosear un rato los perfumes masculinos, fuimos al área de damas, tantos arómas exquisitos en un solo lugar...

- ¡Nadeshico mira, probadores!

Tomé un frasco negro y dejé escapar su rocío sobre mi muñeca, lo froté con la otra mano e inhalé.

- Mmm... muy dulce. –concluí con un puchero-

Nadeshico me imitó, pero al tomar un frasco de “Opio” un perfume un tanto extraño, escuchamos el claro sonido del vidrio al quebrarse en mil añicos, al ver el lugar donde estaban los probadores, vimos tres vacios: uno era del frasco que tenía en mis manos, el otro el que Nadeshico sostenía, pero...

Nos asomamos tras la vitrina y comprobamos que aquel sonido había sido el final de otra versión de “Opio” que había caído al suelo. El aroma inundó el lugar, varios empleados se acercaron curiosos, y Yoko apareció tras nosotras.

- ¿Qué ocurrió? –preguntó-

- Bueno... –murmuré, aún sin poder creer lo que había sucedido-

Un empleado llegó tras la vitrina, tenía un cuerpo de modelo de playa, unos dientes radiantes y unos grandes ojos café que nos miraron inquisitivamente.

- Naoko... ya gastamos nuestro dinero, solo tengo un dólar...

- Yo también... –susurré-

- Yo tengo dos... –murmuró Yoko-

- Señoritas... –dijo el empleado- me temo que tendrán que pagar por el probador que botaron.

- ¡Pero fue accidente! –interrumpí- además casi estaba vacío.

Pestañé lento tratando de coquetearle, Nadeshico estaba preocupada, y Yoko sonreía tras de mí, seguramente con mi misma idea.

- Sí... –dijo Yoko- sólo era un “charquito”.

El joven no pudo evitar sonreír ante nuestro coqueteo...

- Tienen razón, -dijo sonriente- hay poco líquido en el suelo... muy bien, sólo son cinco dólares.

Todas buscamos dinero en nuestras carteras, pero nos faltaba un dólar.

- ¡No puede ser! ¡¡Nos falta un dólar!! –exclamé-

- ¿Y ahora que hacemos? –preguntó Nadeshico-

- No sé, talvéz un hombre guapo aparezca y nos salve.

- Hay por favor Yoko... –dije casi riendo- en este lugar no hay hombres así...

De pronto, una empleada se acercó y le susurró algo al empleado sexy, quien nos miró sonriendo.

- Señoritas, ya no es necesaria la cancelación, otro cliente ha cancelado su deuda.

Nos miramos sorprendidas unas a otras...


- ¿Quién fue? –preguntó Yoko-

- Esa persona...

El empleado sexy señaló a un hombre que iba saliendo de la tienda, era alto, delgado y de cabello castaño claro. Vestía una chaqueta de motociclista, pantalones de cuero y unas botas negras que parecían ser muy pesadas... pronto, desapareció entre la gente... pero en mi mente sin saber porque, tuve la visión de la silueta de un ángel, en medio de una fuerte luz blanca... moví mi cabeza rápidamente... ¿Qué había sido aquello? ¿Porqué de pronto? ¿Quién era...en esa visión?

...esa visión...

0 comentarios: