CAPITULO VI "La niña misteriosa: parte III"

domingo, 11 de abril de 2010


“Enki”


No sabía como era, no sabía donde, como o cuando la encontraría, lo único que sabía con certeza era que ella estaba ahí, en algún lugar... y que teníamos una misión que deberíamos completar a cualquier precio.

La busqué desde mi llegada, viajé por todo el mundo, tratando de encontrarla, me enfrenté al enemigo en batallas solitarias, pero sin ella no tenía sentido...

... la necesitaba...

Recuerdo claramente nuestro primer encuentro, fue en Esocia, durante los últimos años del reino de los pictos, en el nacimiento del río Annan, a los pies dle Hart Fell. El agua era clara y la noche una de las más frescas del verano, me senté en una piedra a sus orillas, vi como la luna bailaba sobre la corriente tranquila.

Escuché un crujido de hojas secas en la otra orilla, rápidamente me escabullí entre los arbustos, tomé mi arco y esperé, de pronto la vi: una niña de largos cabellos oscuros y desordenados que se acercó a la orilla del río con timidez, miró de un lado a otro y sin molestarse en quitarse la ropa, caminó lentamente hasta llegar a la mitad del río, llevó sus manos con agua a su rostro y sonrió.

Jugueteó un largo rato con el agua, enjuagó sus cabellos y bebió del transparente líquido. La miré en silencio, me habían dicho que al verla lo sabría, ¡Sabría que era ella!

No quería asustarla, me pregunté si me reconocería, después de dudarlo un poco, decidí salir a su encuentro, despacio, me deslicé entre la dulce corriente. Ella se dió la vuelta sorprendida, y me miró con esos hermosos ojos oscuros.

- No temas, no te haré daño... –sonreí- soy yo...

Extendí mis alas blancas, ella me miró boquiabierta, se acercó a mi lentamente, y de la misma manera, al estar a escasos centimetros, deslizó sus suabes dedos sobre mis alas, me rodeó observandome, luego sonrió y extendió sus alas, me sorprendí al ver la diferencia, nadie me había dicho “eso” sobre ella, sus alas... eran...

- Fi... shaintu saila... –susurró dulcemente-

Emocionado, sonreí al escuchar mi idioma natal. Habíamos pasado muchos años juntos desde entonces, a la hora de enfrentarnos ante el mal, luchamos juntos, pero al final... fuimos separados. La busqué de nuevo, no podía vivir sin ella, me sentía incompleto...

Nuestro segundo encuentro fue muchos años después, en una granja a pocos kilómetros del río Arno, en Italia, aun en la edad media...

Ese año hacía mucho calor, una terrible sequía había reducido el caudal del río, y la mayoría de cosechas se habían perdido.

Al parecer viviía con unos ancianos que la habían encontrado, la observé desde los árboles por varios días, pero sólo salía de noche a cantar bajo las estrellas, a veces escuchaba a nuestros hermanos cantar con ella, desde lo alto, sus voces la acompañaban en un hipnótico y dulce coro, los ancianos sonreían felices al escucharla, era como la hija que nunca habían tenido.

Me pregunté... si había olvidado como controlar sus poderes...

Un día, la ví salir a plena luz del sol, al contacto, sus alas rompieron su sencillo vestido blanco, los ancianos vivían muy lejos de la villa, así que ella salió despreocupada. No había llovido por muchos días, y la cosecha parecía no tener salvación... caminó hasta el centro de la siembra y se detuvo.

Suavemente comenzó a entonar dulces “la”, “re”, “si”... los ancianos casi llorando la miraban con esperanza, en su canto comenzó a bailar entre la siembre, despacio, con las manos extendidas al cielo, y sus alas que de cuando en cuando la elevaban un poco al saltar. El fuerte sol y el aire pesado, pronto fueron opacados por una fresca brisa del norte, nubes grises comenzaron a verse en la misma dirección, arrastradas por el viento seguramente.

- Fes.. din, rulei, fluas doi... –cantaba dulcemente-

Pronto el cielo azul se volvió completamente gris, yo conocía la magnitud de su poder, así que no me sorprendí, pero los ancianos boquiabiertos no podían creer lo que veían. Ella no se detuvo, los árboles a mi alrededor se mecían con el viento, y de pronto, en el crescendo de su canción, se escuchó un trueno y frescas gotas de lluvia cayeron del cielo, la tierra las recivió con alegría.

Las alas en su espalda desaparecieron, pues la luz se había marchado y una dulce lluvia ocupaba ahora su lugar. Al posar sus pies en la siembra, esta cosechó instantáneamente, hermosas coles por un lado, finas hojas verdes de zanahorias por allá, redondas hojas de patatas a la izquierda, las matas de tomates regeneradas, habían dado un hermoso fruto. Ella sonrió emocionada, corrió hasta los ancianos con un tomate en su mano...

Habían sido tantas las veces que nos habíamos encontrado y separado, pero ahora en el presente, ya no quería perderla de nuevo, me prometí a mi mismo que esta vez... esta vez no la dejaría ir.

En medio de todos estos pensamientos, sonreí al verla y salí de aquel almacén que todavía olía al perfume que se había caído...

CAPITULO VI "La niña misteriosa: parte II"

miércoles, 7 de abril de 2010


.-Naoko-.

Era un hermoso día soleado, hacía calor y no teníamos ni un trabajo pendiente, rogué a Nadeshico para salir a los centros comerciales, Yoko me apoyó sin dudarlo.

- Nadeshico, por favor, vamos, si, si, porfa, porfa. –decía mientras daba tirones a su falda vueluda-

- ¡Sí, será divertido! . sonrió Yoko tan radiante y alegre como siempre-

Pero Nadeshico no parecía muy convencida...

- No lo sé... –susurró insegura-

- Hay, por favor... –le rogué-

Traté de hacer los ojos mas tiernos que pude, ella me miró con una sonrisa contenida.

- De acuerdo... –sonrió finalmente-

Grité felíz, tomé mi cartera y me dirigí a la puerta con Yoko. Al ver a Nadeshico, vimos como cambiaba su vestido por uno de mangas largas, vistió unas medias de rayas negras con blanco, cubrió sus manos con unos negros guantes transparentes con delicadas imágenes de rosas del mismo color sobre ellos, recogió su cabello en un listón negro y fue por su sombrilla.

- Nadeshico... ¿No tienes calor? –preguntó Yoko-

- Todo es mental. –susurró mientras cruzaba la puerta-

Tomamos un taxi y después de un par de minutos, llegamos a nuestro destino: el centro comercial más grande de la ciudad. Miré a Nadeshico que trataba de evitar los rayos del sol a toda costa, la verdad no tenía idea porque odiaba tanto el sol...en fin, aun con sus extravagancias, ella era una persona amena y divertida, sin embargo, los días soleados, su humor era un tanto... “inestable” según sus palabras.

Recorrimos los pasillos del centro comercial visitando las tiendas, probándonos ropa y coqueteando con los chicos guapos, que les atraía nuestra forma de vestir. Yoko los rechazaba mostrando orgullosa su anillo de compromiso, Yoko era muy bonita, pero respetaba mucho a Shiro, y eso era una de las cosas que más admiraba de ella. Nadeshico era un poco tímida en ese aspecto, cuando alguien le parecía atractivo, su rostro se volvía rojo y bajaba la mirada, ese “look” inocente, atraía a varios chicos.

Y... por mi parte, bueno, yo tenía un estilo específico a la hora de elegir a los chicos, y los que no me gustaban, los ignoraba vilmente. Algunos me miraban con cara de lujuria y aunque eso me alagara, en cierto punto era molesto. Nadeshico dice que tengo muchos admiradores, pero no le creo...

Nos dirigimos a un almacén, yo me detuve en la perfumería, quería saber que perfume usaba Hagi. Yoko se alejó un poco al área de maquillaje, y Nadeshico me acompañó. Después de curiosear un rato los perfumes masculinos, fuimos al área de damas, tantos arómas exquisitos en un solo lugar...

- ¡Nadeshico mira, probadores!

Tomé un frasco negro y dejé escapar su rocío sobre mi muñeca, lo froté con la otra mano e inhalé.

- Mmm... muy dulce. –concluí con un puchero-

Nadeshico me imitó, pero al tomar un frasco de “Opio” un perfume un tanto extraño, escuchamos el claro sonido del vidrio al quebrarse en mil añicos, al ver el lugar donde estaban los probadores, vimos tres vacios: uno era del frasco que tenía en mis manos, el otro el que Nadeshico sostenía, pero...

Nos asomamos tras la vitrina y comprobamos que aquel sonido había sido el final de otra versión de “Opio” que había caído al suelo. El aroma inundó el lugar, varios empleados se acercaron curiosos, y Yoko apareció tras nosotras.

- ¿Qué ocurrió? –preguntó-

- Bueno... –murmuré, aún sin poder creer lo que había sucedido-

Un empleado llegó tras la vitrina, tenía un cuerpo de modelo de playa, unos dientes radiantes y unos grandes ojos café que nos miraron inquisitivamente.

- Naoko... ya gastamos nuestro dinero, solo tengo un dólar...

- Yo también... –susurré-

- Yo tengo dos... –murmuró Yoko-

- Señoritas... –dijo el empleado- me temo que tendrán que pagar por el probador que botaron.

- ¡Pero fue accidente! –interrumpí- además casi estaba vacío.

Pestañé lento tratando de coquetearle, Nadeshico estaba preocupada, y Yoko sonreía tras de mí, seguramente con mi misma idea.

- Sí... –dijo Yoko- sólo era un “charquito”.

El joven no pudo evitar sonreír ante nuestro coqueteo...

- Tienen razón, -dijo sonriente- hay poco líquido en el suelo... muy bien, sólo son cinco dólares.

Todas buscamos dinero en nuestras carteras, pero nos faltaba un dólar.

- ¡No puede ser! ¡¡Nos falta un dólar!! –exclamé-

- ¿Y ahora que hacemos? –preguntó Nadeshico-

- No sé, talvéz un hombre guapo aparezca y nos salve.

- Hay por favor Yoko... –dije casi riendo- en este lugar no hay hombres así...

De pronto, una empleada se acercó y le susurró algo al empleado sexy, quien nos miró sonriendo.

- Señoritas, ya no es necesaria la cancelación, otro cliente ha cancelado su deuda.

Nos miramos sorprendidas unas a otras...


- ¿Quién fue? –preguntó Yoko-

- Esa persona...

El empleado sexy señaló a un hombre que iba saliendo de la tienda, era alto, delgado y de cabello castaño claro. Vestía una chaqueta de motociclista, pantalones de cuero y unas botas negras que parecían ser muy pesadas... pronto, desapareció entre la gente... pero en mi mente sin saber porque, tuve la visión de la silueta de un ángel, en medio de una fuerte luz blanca... moví mi cabeza rápidamente... ¿Qué había sido aquello? ¿Porqué de pronto? ¿Quién era...en esa visión?

...esa visión...

CAPITULO VI "La niña misteriosa: parte I"

domingo, 4 de abril de 2010


.-Rubí-.

Seguí a aquella chica hasta la iglesia a la que siempre iba, aunque no pudiera hablar ni una palabra de aquel idioma extraño para ella, acudía siempre y cantaba para su Dios, con palabras de un idioma olvidado... incluso para mi.

Parecía muy joven, sus ropas sucias y andrajosas revelaban que vivía en la calle, las monjas le daban comida cuando ella llegaba. A veces les ayudaba a limpiar, pero solo aparecía en los días sin sol... me pregunté ¿Porqué? Parecía esfumarse en los días soleados.

Nadie sabía quien era, ni de donde había venido; era un completo misterio, en su mente nunca podía encontrar una respuesta, pues siempre parecía cerrarla con llave, quizá sabía que la espiaba.

A decir verdad, nunca le había prestado atención, era una mujer humana, por lo tanto no me servía de nada, pero esa actitud misteriosa... seguro ocultaba algo... cuando comenzaba a interesarme...desapareció. Se fué... nadie sabe adonde. Los años pasaron y después que el medievo terminara, decidí ir a Paris, en busca de nuevas victimas con una sed de pecado que yo me encargaría de saciar.

Vestida en un hermoso vestido azul, la ví entre la gente de aquella fiesta, sonreía y charlaba en un francés perfecto. Habían pasado casi cincuenta años, ni una arruga marcaba su rostro juvenil, su hermosa cabellera negra caía en ondas tras su espalda. ¿Su nieta? Traté de leer su mente...

...nada...

Esa noche traté de seducir a un cazador de demonios, me pareció interesante saber si caería en mis manos, pero al contrario de lo que pensaba, me dejó muy mal herida. Huí hasta un bosque en las afueras de la ciudad. Sin fuerzas caí entre las hojas secas de aquel moribundo otoño.

La noche comenzó a agonizar, pronto saldría el sol, la luz... la maldita luz que dañaba mis ojos. Entonces escuché a alguien acercarse entre los árboles, seguramente era el cazador, estaba claro... éste era mi fin, pero entonces escuché aquella voz que había escuchado años atrás en aquella iglesia, era ella, la niña misteriosa.

Se detuvo a pocos metros de mi, sin dejar de cantar se apoyó en un árbol y miró las luces del amanecer que comenzaban a ser más visibles, pero aun no traspasaban el bosque.

-Tú... –murmuré sintiendo el dolor en mi pecho sangrante-

Ella sonrió y me miró, al tiempo que terminaba su canción...

-Pareces estar en un aprieto... –susurró-

¡Maldita niña! Seguramente no tenía idea que estaba hablando con un demonio de la élite.

-No sabes nada. –reclamé mientras cubría mi herida inutilmente, tratando de ocultar mi sangre-

-Si quieres puedo ayudarte. –sonrió despreocupada-

-¿Tú? –la miré seriamente- ¿Por qué? –sonreí- No sabes quien soy...

-Oh... pero por supuesto que lo sé... Rubí.

Clavé mis ojos en ella... ¿Cómo...? ¿Quién demonios era esa niña?

-Se mucho sobre ti...

Los rayos del sol comenzaron a alumbrar el bosque...

-Porque yo... –continuó-

Finalmente el sol la iluminó y al contacto... unas lustrosas alas negras rompieron su vestido, las alas más hermosas que he visto... así que era un...

Sonreí... aquel recuerdo seguía presente en mi memoria después de tantos años, es la única que me ha ayudado en toda mi existencia, nadie más... ni siquiera Kaname. Al ver el sol la recuerdo, jamás la volví a ver de nuevo, no sé que habrá sido de ella...

-¿Estamos nostálgicos? –preguntó Kaname a mis espaldas-

Cerré mis pensamientos lo más que pude, él no tenía derecho a escrudiñar mi alma, él solo era una de mis posesiones. Rapidamente cambie mis recuerdos por una imagen totalmente diferente: Kaname entre mis brazos, totalemente desnudo.

-¿Cumplirás mis deseos? –pregunté mientras me acercaba a él-

Me miró seriamente y me abrazó con fuerza, comenzó a besarme con pasión, sus manos revoloteaban sobre mi piel... sí... ¿Era posible que al fín sería mio? Lentamente comencé a despojarlo de su pesada chaqueta de cuero, sentí su piel bajo su camisa negra, entre suspiros besó mi cuello, en respuesta lo apreté contra mi cuerpo.

-Nadeshico... -susurró-

Me separé violentamente de él y lo miré con furia.

-¿Qué has dicho? –pregunté ofendida y dolida-

Traté de encontrar la imagen de ese nombre en su mente, entonces la ví... en un traje de muñeca de porcelana, su piel totalmente cubierta por sus prendas, su rostro escondido bajo una delicada sombrilla negra... no pude verla bien... Kaname se dio la vuelta.

-¿Quién es ella? –pregunté furiosa-

-Es algo que no te interesa.

-¡Kaname!

Él desapareció entre las sombras, llena de ira lancé por los aires la única mesa que había en mi habitación. La candela que iluminaba la sala cayó al suelo, junto al periódico que había encontrado aquel día. La llama iluminó una línea...

“...Naoko Kuro, y Nadeshico Aoi...”

-Nadeshico...

Extendí mis alas negras y salí quebrando la ventana de la habitación.

-Kaname es mio... ¡Sólo mío!


CAPITULO V "La casa embrujada parte IV"

jueves, 25 de marzo de 2010


-.Kaname.-


Oculto entre mis propias sombras observaba el espectáculo, mi muñeca estaba en el suelo, la muñeca del cuervo oculta tras un mueble estropeado... y el cuervo... derrotado.

Esto podria ser como un acto de tragedia en la opera.

Richardson no había cambiado nada... el mismo sentimiento de odio sin motivo, y sus ganas de matar eran las mismas de cuando era humano, antes de morir en aquel bosque... había hecho un pacto con el diablo... quería servirle a cambio de seguir con vida. Sonreí al recordar su estúpido ritual improvisado, algún demonio de medio rango le había otorgado ciertos poderes a su espíritu, podía hacer ilusiones y materializarse para poder atraer a sus victimas...


Al parecer había estado muy ocupado todos estos años. Observe sus ojos inyectados en sangre... se dirigía hacia mi muñeca con cuchillo en mano, y sus rudas y sucias manos llenas de sangre antigua... su boca estaba crispada en una mueca de odio, dolor y locura... al llegar frente a ella, la miro unos segundos... leí su putrída mente... al parecer el deseo “carnal” también había perdurado con su espíritu.

No lo pude soportar... sólto el cuchillo y se arrodillo frente a ella... justo en ese momento lo lance por los aires, y aparecí frente a Aoi, Naoko, la otra muñeca me miró sorprendida desde su escondite...


- No temas... –la miré... estaba confundida, seguramente no había sentido mi presencia antes- este espíritu no causará más daño...


Richardson se levantó, me miró con temor y trato de huir, desapareciendo ante la vista de los humanos, pero ese truco no iba a funcionar conmigo... levanté mi mano lentamente, cerré los ojos y lo vi corriendo, tratando de huir entre las sombras... sonreí y comenzé a apretar su cuello en mi mente...


- Los espíritus también pueden ser destruidos... –susurré-


James escuchó mis palabras en su mente justo antes de explotar por la presión de mi mano.

Miré de nuevo a Naoko... en su mente generaba un plan para poder alejarme y sacar a sus amigos del invernadero, no estaba segura si usar las palabras de un exorcismo o atacarme con agua bendita. Una risa suabe se escapó de mis labios...


- Eso no funcionará... me marcho, te sentirás más cómoda de esa manera.


Me oculte entre las sombras... no iba a irme, no hasta que mi muñeca estubiera a salvo, Naoko corrió hasta ella, tomó a Zafiro en sus brazos y les habló a ambos...


- Porfavor... despierten... Zafiro, Nadeshico...


El cuervo abrió los ojos lentamente, y batió sus alas...


- Naoko...

- Zafiro -sonrió la chica-


-¿Qué ocurrió? –preguntó débilmente-

- Bueno, es difícil de explicar... pero me alegro que estes bien. –la joven abrazó tiernamente al cuervo- pero Nadeshico no reacciona. -susurró preocupada-

- Estará bien, solo esta inconciente... –aseguró Zafiro-


El caso del cuervo era interesante... me intrigaba el saber como había conseguido esa forma... ¿Cómo había pasado del cuerpo humano a un ave? Era alguien realmente interesante... y Naoko, podía sentir un gran poder dormido dentro de ella... seguramente daría muchas sorpresas en el futuro, y... ¿Qué podría decir de mi muñeca? Con ese rostro de porcelana... en esas manos frias y delicadas... había algo, algo que no podía leer en su mente, algo que ocultaba en su corazón y cerraba con una llave invisible... no sabía lo que era... pero no había duda que ella escondía algo.

De pronto, Nadeshico abrió sus ojos y se levantó confusa...


- ¿Naoko... Zafiro?

- Aquí estamos... –susurró la joven-

- ¿Dónde está James? ¿Qué sucedió?


Naoko relató todo lo que había visto a sus amigos... quienes la escucharon sorprendidos...


- ¿Él nos ayudó? –preguntó refiriendose a mi-


Sonreí silenciosamente al ver la sorpresa en su rostro...


- Sí... no entiendo porque, pero destruyó a James...

- Ese demonio... de verdad no tiene nada que hacer. –musitó Nadeshico mientras se ponía de pie, ya recuperada-


Me asombraba un poco la frialdad con la que se tomaba los asuntos que podrían asustar a una persona cualquiera... no me temía, me veía como una persona más... como un humano común y corriente... era un tanto irritante, pero a la vez, fasinante.


- ¡Miren! –exclamó Naoko- es la niña de antes.


La niña se acercó a ellas, y señaló tras de sí... ambas chicas miraron hacia la dirección señalada, solo se miraban muchas plantas a simple viste, hojas de matas olvidadas cubiertas de polvo...


- ¿Qué hay ahí? –preguntó Nadeshico-

- Quisiera... si ustedes pueden... –miraba al suelo tímidamente- liberarnos...


Las chicas sonrieron y se acercaron a las matas de hojas... justo en medio había un pozo cubierto por unas viejas tablas de madera, con una capa de polvo sobre ellas, y varias gotas de sangre, que se habían vuelto casi negras... varias moscas bailaban sobre el pozo, y un hedor terrible emanaba de él...


Un par de horas después, el lugar estaba lleno de policias y detectives que investigaban esa fosa común... habían muchos cuerpos... las chicas fueron interrogadas, y sus heridas fueron limpiadas en una ambulancia...

Esa noche, me deslisé entre las sombras de la habitación de mi muñeca... ella miraba perdidamente la venda en su mano, su sangre había despertado a todos esos espíritus... era curioso...


- ¿Cansada? –pregunté-

- Ha sido un día difícil... –susurró-

- Apuesto a que ganaron mucho dinero con esto...


Ella me miro seriamente...


- Lo importante es que ayudamos a todas esas almas atrapadas.


La miré tratando de analizar sus pensamientos... me senté frente a su cama, en la silla del escritorio...


- Kaname... –murmuró después de un largo silencio- ... gra... –se interrumpió con el rostro confundido, sus pensamientos eran confusos...no sabía lo que pensaba, parecía que ella sabía que podía escrudiñar su mente, y a veces solo veía blanco... nada... como ahora-

- ¿No terminarás la frase? –pregunté con curiosidad-

- Voy a dormir.


Apagó la lampara de su mesa de noche y se cubrió con la sábana. La miré unos minutos... ella aún no dormía...


- Gracias... –susurró finalmente-


Sorprendido la miré sin saber que decir... ¿Gracias? Era la primera vez que alguien me agradecía por algo... ¿Qué era eso? ¿Qué era esa sensación tibia dentro de mi? Pude notar un ligero cambio en el rostro de Nadeshico... parecía estar... rosaceo...


...Sonreí, mi plan estaba dando resultado... ella caería poco a poco en mis manos...

CAPITULO V "La casa embrujada parte III"

jueves, 18 de febrero de 2010


-.Zafiro.-

Todo pasó tan rápido, en el momento en que la sangre de Aoi tocó el suelo, un temblor hizo que más vidrios se rajaran, algunas macetas antiguas cayeron quebrándose en mil pedazos, y del suelo comenzaron a salir todos esos espíritus, uno a uno. Niños, mujeres, hombres, ancianos…

Naoko corrió al lado de Aoi, volé en círculos sobre ellas, si podía defenderlas de alguna manera, no dudaría en hacerlo.

Algunos molestos, otros tristes, aparecieron por todos lados, hasta rodearnos, eran decenas que nos miraban con curiosidad. No reconocí en ellos deseos de atacar, parecían más confundidos que nosotros.

Aoi y Naoko los miraron por un largo minuto, donde reinó un frio silencio… finalmente, sin dudarlo Aoi les habló tranquilamente.


- Buenas noches, mi nombre es Nadeshico Aoi, ella es Naoko Kuro, y este cuervo, es nuestro amigo Zafiro.


Su “pasividad” era… escalofriante. Parecía estar realmente a gusto en ese ambiente, como si estuviera hablando con personas normales, me pregunté si ella no tenía el don de “ver” fantasmas desde antes.


- Hemos venido a ayudarles –continúo- no tienen porqué temer, somos amigos.


La población de espíritus se miraron unos a otros, después de unos segundos, una niña salió de entre ellos, llevaba un vestido celeste, estaba todo sucio y tenía sangre y varias heridas que habían teñido líneas rojas en su ropa. Un listón del mismo color colgaba de su cabello rubio, sucio y enredado, había perdido uno de sus zapatos y caminaba renqueando.

Aoi avanzó un poco para encontrar a la niña, a escasos tres metros de ella se detuvo y se agachó para verla.


- Hola pequeña.-sonrió mi amiga despreocupada-


Me posé en el hombro de Naoko, que había quedado rezagada tras Aoi.


- Dime… ¿Qué fue lo que ocurrió? –preguntó Aoi dulcemente-


Entre todos esos espíritus podía distinguir un aura más fuerte y distinta a todas las demás… un demonio, el mismo que nos había estado observando desde el primer exorcismo. Cada vez que estábamos en una situación como esta, podía sentirlo… él venía a disfrutar del “show”.

La pequeña niña miraba a mi amiga con curiosidad, entonces bajo la mirada y su pequeña boca, comenzó a moverse despacio...


- Algo... -musitó la pequeña- algo nos atrajo aquí... no se como describirlo... era una fuerza que me arrastraba... cuando entre a la casa... era igual... ¡igual que la de mi abuelita! Corrí hasta su habitación y ahí estaba ella, con los brazos abiertos... esperandome... corrí hasta ella... pero cuando estaba a punto de abrazarla... caí... caí... escuche algo quebrándose... y entonces cuando abrí los ojos... ellos estaban conmigo...


La pequeña señalo a los demás espíritus...

Aoi desvió su mirada a nosotros... era lo mismo que les había sucedido... ¿pero quién generaba las historias? Naoko se acercó a nuestra amiga...


- ¿Alguien sabe... qué o quién es el que genera esas imágenes?


Un silencio se apoderó de todos...


- Son los espíritus oscuros. -una voz de mujer susurró con temor esas palabras-

- ¿Oscuros?

- Si, ellos quieren que todos sufran su suerte... estar encerrados en esta casa... sin poder salir. -se escuchó una voz de un anciano-

- ¿Dónde estan? -preguntó Aoi-

- Ellos aparecen a su antojo por toda la casa... -dijo una mujer que parecía haber sido muy rica en vida, pues sus ropas eran finas y llevaba anillos y collares con gemas preciosas-


De pronto la niña se estremeció y todos los espíritus asustados comenzaron a desaparecer...


- ¡Esperen! -gritó Aoi-


Un escalofrio recorrió mi plumaje... había algo más ahí, algo distinto al demonio... era un espíritu... pero era poderoso... y malevolo. Donde habían estado todos los espíritus apareció una sombra... medía más de 4 metros y no tenía forma definida, era como una nube negra...

Aoi y Naoko retrocedieron asustadas...de las sombras provenían gritos, susurros y otros sonidos incomprensibles...


- ¿Quiénes son? -preguntó una voz proveniente de la nube-


Las chicas guardaron silencio...ambas se tomaron la mano, pude ver como Naoko comenzaba a sudar helado... Aoi parecía nerviosa también... esto era algo para lo que no estaban preparadas... ¿Qué era eso... quienes... un espíritu?


-Mas bien... -susurró Aoi finalmente- ¿Quienes son ustedes?


Un fuerte viento provino de aquella nube extraña, las macetas volaron por los aires, las hojas secas y el polvo segaban la vista, el cabello de ambas danzaba violentamente, inutilmente trataba de volar en contra del viento, Naoko me tomó entre sus tibias manos para protegerme...

Era increible, esa paz momentanea que sentí entre sus tibios pechos, su aroma a flor mística me embriagó, me dejé proteger como un bebé... pero un grito desgarrador interrumpió mi felicidad... Al mover mi cabeza para ver lo que ocurría... lo vi... la sombra había adquirido forma humana... era un hombre de unos cuarenta años, de mirada sanguinaria, piel manchada de sangre... y una navaja hechiza en su mano izquierda, lo reonocí al momento.

Había visto ese rostro en la televisión y en los períodicos muchas veces, tiempo atrás.


- ¡James Richardson! -grazné-

- ¿Quién? -preguntó Naoko-

- Un asesino que escapó de un instituto mental para criminales hace 5 años, todos se preguntaban su paradero... hasta que encontraron su cuerpo cerca del bosque Katne, murió de hambre y frio según dicen.... pero tenía marcas extrañas en su cuerpo... heridas en forma de estrellas y símbolos extraños... -contesté-

- ¡Viene hacia aca! -gritó Aoi-


Las chicas corrieron para huir del espíritu. Naoko y yo nos ocultamos detras de un estante estropeado por el viento, la lluvia y el descuido...


- ¿Dónde está Nadeshico? -preguntó en voz baja, aun sosteniendome entre sus brazos-

- No lo sé... dejáme ir a buscar y Naoko... -la miré antes de alzar el vuelo- por favor, quedáte aquí.


Alcé el vuelo, con la esperanza que el espíritu o lo que fuera, no encontrara a Naoko, tampoco a Aoi... pero en ese momento...


- ¡Aoi! .-grazné-


Ella había tropezado con una maceta y Richardson se dirigía a ella con una risa maquiavélica... Aoi trataba de levantarse, pero el espíritu la tomó del tobillo derecho y la levantó como si fuera una muñeca... ella apenas se quejó, volé lo más rápido que pude, mientras el individuo levantaba su cuchillo lentamente, Aoi lo miraba seriamente... justo antes que descargara el cuchillo contra su fragil cuerpo, lo embestí lo más fuerte que pude, y Aoi cayó al suelo.

Los distraje lo suficiente para que ella se levantara, pero cuando miré hacia atráz, esperando ver que había huído, descubrí a Aoi inconciente en el suelo, asustado solo sentí el golpe que me atestó James y todo se volvió oscuro.


Una pequeña oración.

lunes, 21 de diciembre de 2009

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Querido Dios:


¿Cómo estamos? ¿Qué tal todo alla arriba? Me imagino que bien.

Seguramente sabes lo que está ocurriendo aqui abajo... ¡Sí! Hace mucho frio. También sabes lo que pasa por mi mente. Pensé que todo esto de las nuevas aventuras y emocionantes historias con las cuales siempre he soñado, serían más fáciles de afrontar. ¡Claro! Se que no es lo mismo vivirlas en carne y hueso, que leerlas cómodamente desde un lugar tranquilo y ventilado, tomando el te con galletitas.

Tu más que nadie conoces mis pensamientos y los deseos de mi corazón, ansio conocer un reino lejano, con castillos, con un príncipe que viniera en un caballo blanco a rescatarme de la torre más alta.

En mi “cuento de hadas” mi principe no tiene un caballo blanco, mas bien, su medio de transporte es una bicicleta. Sí, vive en un reuno muy, muy lejano, y a venido para llevarme a su castillo.

Yo no soy una princesa ni mucho menos, simplemente soy una plebeya con muchos sueños y grandes espectativas para el futuro. Bueno... ¡Gracias por cumplir mi sueño! Siempre pensé que todas las chicas tienen su príncipe, estoy agradecida por que al fin encontré el mio.

No fue nada facil, claro que no, hemos superado muchos obstáculos, demaciados problemas, pero finalmente, contra cualquier pronostico, hemos salido adelante. Y bueno, todoso esos pequeños tropiezos, solo nos han hecho mas fuertes.

Creo que es suficiente sobre mi. Ahora que me voy con mi príncipe, hay unos pequeños favores que quiero pedirte. No quiero nada demaciado ostentoso o dificil de conseguir, mas bien, quiero que cuides a mis “pedacitos de cielo”.

Cuida a mi familia, a todos y cada uno de ellos, sabes que necesitan mucho de ti. )Bueno, en realidad, todos te necesitamos) ayúdalos para que siempre esten unidos, aleja cualquier clase de pensamiento negativo y de mala vibra, llénalos de tí.

A mis queridos amigos, a Tony y Gaby Contreras, a quienes quiero mucho, pues a pensar de la distancia, siempre han estado en contacto conmigo, y nunca hemos dejado de ser amigas, aunque casi no nos vemos. ¡Cuidalas mucho Señor!

A mi gorda (Natito)y a Hoshi, mi pareja favorita, ellos me han inspirado para no rendirme, para luchar por el amor y lograr soportar el tiempo sin mi príncipe, ¡Llenalos de bendiciones y felicidad!

A Gaby Monterrosa, señor, se que tu siempre la has bendecido, peor quiero que la bendigas todavía más, ella aun sin saberlo me ha dado una gran lección sobre la vida, es una de las personas a quien más admiro.

A Fátima y Camila, dále muchas vitaminas a sus ángeles de la guarda para que sean super musculosos, y puedan protegerlas de cualquier espíritu bayunco que ande fregando por ahí.

A Nathania, Thalía, Susy, Juanita, Grace y todas mis amigas del colegio todas guardan un lugar muy especial en mi corazón, nunca olvidaré todas las locuras que hicimos juntas, todavía recuerdo que nos aprendiamos las canciones de Linkin Park con la Natha, y también lo del equipo de ajedrez, y que iba a los entrenos de b.k.b. a ver a la Susy. Cuando conocimos a los “tipos” Arquímedes, Edwin, Gregory y Gerardo, esa época siempre la llevaré en mi corazón.

Te pido también por Mely y Raquel, siempre quise ser compañera de Mely xD Cuidalas mucho señor, nunca me he olvidado de ellas, espero que terminen su carrera y las pueda ver en la tele o en “YouTube” xD.

Cuida mucho a Emerson, David, Gabrielito, el Colocho y Nemo, mis amigos “niños” de la UNICO, eran super chivos los momentos con ellos, cuando ibamos a la parada de buses a pie y comíamos panes chucos, gracias porque nunca nos enfermamos, ¡Llénalos de felicidad y bendiciones!

También llena de bendiciones y éxitos a los “Avalon”, porque pase lo que pase, siempre tendran mi apoyo como banda y como amigos, (aunque no hable con todos xD) me alegra qe estén super bien, y te pido para que pronto graben su disco y toquen al lado de bandas famosos, como siempre han querido. Iluminalos para que sigan siempre un buen camino, y no se desvíen a cosas malas.

Cuida también a las personitas que conocí en San Salvador, a Claudita Orantes, Karla Figueroa, Sayra y tantas personas, que siempre estarán en mi corazón...

Gracias señor, por darme la oportunidad de conocer a tanta gente maravillosa. Me siento satisfecha por haver estado al lado de tanta personita que me llenaron de alegrias y de bendición.

Bendice mi nueva vida... y bueno... bendice a mi prometido también. Tu eres el único que sabe cuanto lo amo... pues ni siquiera puedo describir lo que siento con palabras...

Y bien, espero no haberte dormido con tanta palabra... ¡te amo señor! ¡Nos estamos viendo!